VOCES QUE CORREN
"Una receta simple y aún germina: el reggae es belleza y no monotonía" indica la canción emblema de Los Cafres. Esa máxima se vuelve absolutamente necesaria para explicar mi sensación de conformidad pese a todos los inconvenientes y contratiempos que tuve para asistir al Cultura Reggae Fest.
¿Por qué? Porque gestioné mi acreditación en tiempo y forma por los canales habituales y no tuve respuesta. Entonces, imprevistamente, tuve que abonar una entrada de 35 pesos en fin de mes. Porque se cayeron dos entrevistas que tenía más o menos acordada por razones ajenas a mi voluntad y a la de mi contacto. Porque el calor sofocante dentro de Faruk pronosticaba una noche demasiado calurosa, de transpiración excesiva. Ante semejante panorama, mi ánimo no pasaba por su mejor momento para un recital.
Sin embargo, cuando ingresé al local del Abasto, acompañado por la música de Kameleba, que arrancaba su set, todas esas contrariedades pasaron a segundo plano. Los muchachos de San Luis volvieron a confirmar que son cosa seria. Bajo presión y No me rindo fueron los más celebrados por su gente. Ante un público que no le pertenecía en su mayoría, dejaron una gran imagen y sumaron varios puntos a futuro. Sin margen para bises, debido a la ajustada agenda de las bandas que continuaban el festival, se fueron aplaudidos.
Con la presencia de Nonpalidece sobre las tablas se vivió la etapa más intensa del festival. Arrancaron con Tu presencia y la fiesta no se detuvo hasta el final. Nestor Ramljak luce sus dreadlocks hasta las rodillas y se mueve poco sobre el escenario. Algunas pocas palabras en los momentos adecuados alcanzan para el vocalista. Las canciones del grupo logran que se corra la voz sin mucho palabrerío. La lista de temas no fue extensa pero alcanzó para generar la algarabía total en los presentes aunque la ausencia de bises dejó un leve gusto amargo. Difícil destacar alguna canción aunque Tu gran aliado y Reggae del universo sobresalieron dentro de un nivel muy parejo. Luego de un parate bastante prolongado, un guitarrista con rastas y contextura de patovica fue el encargado de romper el hielo con algunos saludos y luego de una un breve instrumental se subieron al escenario los cantantes Cecil "Skeleton" Spence y Lascelle "Wiss" Bulgin acompañados de dos coristas morenas. El debut de Israel Vibration en tierras cordobesas comenzaba.
Sin vientos, reemplazados por el eficiente teclado, los jamaiquinos dieron cátedra de reggae roots bien tocado, cantado y arreglado. Pese a su voluntad de contagiar a la gente, las trabas idiomáticas y la ausencia de hits masivos conspiraron contra sus aspiraciones. De cualquier manera, pese a no lograr momento de intensidad excesivos, la gente los aplaudió, bailó y acompaño cuando desde el escenario se propuso un ida y vuelta de voces. Observarlos resistir todo el show con muletas (consecuencia de la poliomelitis que sufrieron de niños), ensayar pasos de baile y cantar con tantas ganas en esas circunstancias es conmovedor.El saldo final de la velada es positivo pese a lo elevado de las entradas. No todos los días se puede disfrutar de una banda en pleno ascenso, confirmar el romance con otra de primera línea y ver en directo a auténticas leyendas que llegan a Córdoba. Por ahora alcanza para irse conforme a casa y soportar el sábado laboral con sueño pero con roots del bueno todavía rebotando en mis agradecidos oídos.
Actualización: la reseña aparece publicada también en recis.com.ar, accediendo a la opción bandas y luego crónicas.
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