EL GANCHO DEL MISTERIO
El romance platónico, sugerido pero nunca consumado, entre Valeria y Joaquín, una mujer blanca y un liberto negro nacidos en 1820 le sirve a Miguel Rosenzvit para acercarse a las costumbres de la comunidad afroargentina de Buenos Aires que llegó a ser más del 30 por ciento de la población y que hoy, según la historia oficial, ha desaparecido.
El flyer del libro resultaba interesante y prometedor: develar que és lo que realmente sucedió con los negros de Buenos Aires. Fiebre Negra no está mal: correctamente escrita y de fácil lectura, deambula incesantemente entre el pasado remoto (1820-1871) y la actualidad a través de historias paralelas que se unen por la casa donde transcurrió la acción en épocas de la fiebre amarilla y el descubrimiento que hace una joven antropóloga en este 2008.El problema fundamental radica en esa promesa no del todo cumplida. Al autor le lleva más de 180 páginas poner en contexto la vida cotidiana de la comunidad negra en los primeros años de la independencia y la revelación de lo sucedido aparece sobre el final de la novela, de manera un tanto abrupta y sin conexiones evidentes con la narración precedente. De pronto la acción se desmadra y transforma en vértigo constante, quizás para recuperar las páginas perdidas en detalles no tan significativos hasta allí.
La participación de la antropóloga de la actualidad sólo se justifica para explicar aquellas vidas pasadas de los protagonistas del libro. El abundante abordaje de sus problemas personales (de pareja, de intereses, el vínculo con su mascota) carecen de sentido y sólo suman páginas innecesarias que extienden de manera innecesaria el relato.
Pese a esos inconvenientes para nada menores, por tratarse de un tópico no muy frecuente en la narrativa argentina (al menos del último tiempo), la novela histórica de Rosenzvit termina siendo aceptable. Fiebre Negra podría estar bastante mejor resuelta aunque resulta entretenida y posibilita un acercamiento superficial a la vida cotidiana de los afroamericanos argentinos del siglo XIX.
Bonus track: se puede leer el primer capítulo del libro en su blog oficial.
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