ELIJA SU PROPIO VASO
¿Con qué quedarse? ¿El vaso medio lleno o el medio vacío? El jueves por la noche Córdoba tuvo la posibilidad de ver a Matisyahu. Con dudas a cuestas fui a verlo y confirmé cierta presunción que tenía respecto al revuelo que genera este muchacho judío ortodoxo que combina reggae, hip hop y algo de espíritu rock. Concretamente, me parece que si no fuera por la conjunción de sus creencias religiosas y su condición de artista global del primer mundo, su obra y sus actuaciones en vivo no tendrían la repercusión mediática que recibe en la actualidad. Aún con esta idea rondando por mi cabeza debo destacar que Matisyahu tiene algunas virtudes: canta con criterio, rapea y demuestra su capacidad para el beat box. El Dub Trio, la ajustada banda que lo acompaña, complementa su tarea.Ante un público numeroso que no suele acercarse a ver otras propuestas estéticas más o menos similares, el norteamericano se paseó por buena parte de su discografía sin mayores alardes que su figura y su seleccionado de músicos que le sirven de apoyo. Como no interactúa demasiado con la gente y no es un frontman carismático, su set se fue diluyendo en extensos segmentos dub que generaron indiferencia, algo de aburrimiento y frialdad. En El Vernáculo que saldrá el próximo jueves saldrá un artículo con mayores precisiones.
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