domingo, 8 de agosto de 2010

EXTRAS DEL VISITANTE ILUSTRE


No siempre se tienen chances de hablar largo y tendido con un artista. En el caso de Fernando Cabrera, tuve la enorme suerte de conversar cerca de 40 minutos vía telefónica. Buena parte de ese material apareció en la edición de El Vernáculo del jueves pasado. Pero otros segmentos de la charla, jugosos para quien escribe estas líneas, quedaron fuera por estrictas razones de espacio. No publicarlos me parece un auténtico desperdicio.
La única aclaración que me parece pertinente realizar consiste en explicar el significado de los paréntesis que encierran puntos suspensivos: (...) Se trata de los segmentos que fueron incluidos en el artículo escirto en El Vernáculo. Sugiero primero pasen por allí y luego vuelvan por aquí. Mientras aguardamos su actuación en la Ciudad de las Artes el próximo sábado ahí va una serie de extras muy rendidores.


Vas a sacar un disco de reversiones de clásicos uruguayos, previos a tu generación. ¿Como surge esa idea? ¿Cuando sale editado?

Por primera vez voy a hacer un disco sin composiciones mías. Lo cual le va dar pie a mucha gente para que diga “ves, te dije, tenías que haber hecho esto toda tu vida”. Ya me la veo venir a esa.
Ya está grabado el disco. Estoy en un periodo de postproducción y mezcla. Y estoy muy pero muy feliz por cómo quedó, por como tocaron los muchachos (...) Hasta mediados y fines de la década del 50 se puede decir que Uruguay no contaba con un cancionero propio como en todos los países del mundo. Allí hubo una toma de conciencia por parte de muchos creadores que se propusieron empezar a conformar una canción que hablara de nosotros, que se refiriese a nuestro paisaje, a nuestra idiosincrasia, a nuestras tradiciones culturales. Entonces, a partir de ese momento, iniciadores como Aníbal Sampayo, Víctor Lima, Anselmo Grau, Osiris Rodriguez, Daniel Viglietti, muchos más que están en este disco, empezó a haber una canción con conciencia de nacionalidad uruguaya. Luego vino la parte con influencia afro montevideana por parte de Rada, Mateo, Dino. De todos ellos y algunos más como Marcos Velásquez está conformado el nuevo disco.

¿Cómo surgió ese repertorio?

Lo tengo desde hace muchísimos años. Porque desde niño que canto estas canciones. Me las enseñaban mi profesora de guitarra o en el coro de la escuela. Son canciones que sonaban en todas las radios a principios de los 60, son canciones de cuando yo era niño. Están en mí desde siempre. Y desde hace muchos años, de vez en cuando en algún recital, hago una o dos. Me gusta hacer arreglos, encontrar otra manera de interpretar canciones lindas que a mi me gustan. Se me fueron juntando unas cuantas y se me ocurrió esto de publicarlas en un volumen. Son 16. O sea que algunas versiones tienen algunos años conmigo, otras son más recientes. Es una vieja idea. La fui demorando porque a veces tenés otras urgencias o querés editar otras cosas.

Tenés fama de ser muy autocrítico con tus discos pero para el que va a salir te manifestaste conforme con los resultados. ¿Influye que los temas no sean tuyos para esa conformidad?

No. Me parece que se basa en una madurez interpretativa que se manifiesta tanto en mí como en los muchachos que me acompañan. Hemos llegado a un punto muy lindo de ensamble, de desarrollo de una cosa arreglística. Si bien yo soy cantautor y muchas veces me presento solo con una guitarra, También siempre tuve, desde mis comienzos, un interés por el mundo arreglístico. Como hace muchos años que trabajo con estos muchachos (Federico Righi, Ricardo Gómez, más recientemente Herman Klang), con los años se ha ido conformando una gran unidad entre nosotros, desde el punto de vista musical. Este disco quedó muy lindo desde el punto de vista expresivo, como está tocado, los arreglos. Yo creo que lo he cantado, dentro de mis modestas posibilidades, bastante bien (...)

En la última época te tomás bastante más tiempo entre un disco y otro.

Quise aliviar un poco a la gente (se ríe). Me parece que exageré en mis comienzos. En lo que va de 1980 al 89 hice como ocho discos. Es una cosa muy disparatada, por suerte la edad te vuelve más sensato y no tenés tantas urgencias. Porque en la juventud uno quiere mostrar mucho, es algo biológico. Ahora no tengo tanta necesidad y lo tomo con más calma. ¿Ahora qué pasa? Al margen de esto, tengo tantas canciones nuevas que yo no sé si mi próximo disco va ser uno o doble o triple.
Creo que tengo como 110 temas. Yo sigo trabajando siempre. He reciclado muchas cosas. Me puse a ordenar un poco el material, digitalicé y me encontré con 110, 120 temas. Por un lado me tranquiliza mucho porque puedo pasar el resto de mi vida sin componer. Por otro hay que tener cuidado porque la cantidad no quiere decir calidad. Hay que ser muy cauto y seguir trabajando pero estoy muy contento con el material que está allí a la espera.

Se suele decir que el compositor anda buscando la canción perfecta.¿Cuál es el motor que te impulsa a escribir canciones?

(...) A mí me cuesta, después muchos meses o años, distinguir unas de otras, si una es mejor que otra, si una es más floja, porque no me doy cuenta en ese momento: yo puse todo en esa canción. Ahí juega el azar, juega una frase que pega más a la gente. Es evidente que hay mejores canciones que otras. Ahora yo nunca sé como va a quedar. Sí, soy conciente, después de tantos años, de que de esas 200 y pico de canciones que he compuesto hay 20 que son mejores que las otras 180. Ahora no fue mi intención. Está completamente fuera de mi disposición.

¿Alguna canción que a vos te gusta no tiene aceptación similar de parte del público?

Rara vez. Mi trabajo se compone de zonas experimentales a veces y otras zonas un poco más normales. Por ahí puede pasar que alguna canción mía, medio rara, de más difícil aceptación a mí me conforme mucho pero a la mayoría de la gente no le llame tanto la atención. Pero por lo general coincidimos con los gustos. O sea las canciones que más me pide la gente suelen ser las mismas. Bah, no sé si es tan así también porque a veces me piden canciones extrañas.

Tu música tiene una impronta que remite bastante a la ciudad y, paralelamente, no solés incursionar en ritmos bien uruguayos como el candombe o la murga. ¿Te interesan esos estilos desde lo compositivo?

Me interesa pero no lo he cultivado (...) Sí me he volcado más a otras zonas de la música urbana puesto que he nacido en una ciudad y soy un hombre urbano pero también me interesan y creo que he trabajado mucho en ritmos y géneros que provienen de la música criolla, generalmente urbanizados. Pero he dejado de lado la música afrouruguaya y la música carnavalera. Considero que hay grandes maestro haciendo eso. Y me gusta más, disfruto más, quizás me venga de la niñez también, una cantidad de ritmos, de géneros, de cosas que son criollas, incluyendo algunas cosas de la Argentina. Y también me gustan otras cosas del mundo.
En mi vida hice tres candombes: “Al mismo tiempo”, “Imposibles” y ”Punto muerto”, más o menos en la misma época, hace unos 20 años. Suenan un poco abrasilerados (se ríe). Ahora que los miro con cierta perspectiva de los años. Pero no quita que yo pueda acercarme a esos géneros que como cualquier uruguayo, los tengo metidos en la sangre también.
Tengo muchos amigos músicos afrodescendientes, intérpretes. En un futuro me puedo animar. Está en el aire, todo el año, no solo en el Carnaval. No he tenido la naturalidad como para animarme.
En el país de Rada, de Mateo, del Lobo Nuñez, de Jaime, ellos lo hacen muy bien (...)

Varias veces leí que estabas muy agradecido con tu país por las posibilidades que te brindó como músico. Ya grabaste con Mateo, con Rada, con Darnauchans. ¿Quiénes son todavía una cuenta pendiente?

Sí, varios. El tema es que ellos quieran hacer algo conmigo (risas). Muchos músicos brillantes: Los Olimareños, Daniel Viglietti, algunos que fallecieron lamentablemente.

Tu obra comenzó a hacerse medianamente reconocida acá pero, paralelamente, tenés 30 años de carrera sobre tus espaldas. ¿Te preguntás por qué ahora y no antes ocurre eso?

Yo sólo veo pros, ninguna contra encuentro. La razón quizás porque sea yo una persona de poca ambición, de poco repartir tarjetas. No tengo apuro. Pienso que si yo hubiera intentado de manera más enérgica empezar a presentarme hace 30 años en Argentina es probable que no hubiera servido de nada. Yo estaba muy verde (...)

Últimamente el rock uruguayo se expandió mucho en la Argentina y varios de los nombres son muy populares. ¿Qué sucede con los que hacen canciones más que rock propiamente dicho? Sacando los más populares como Drexler o Buscaglia ¿hay una escena uruguaya de cantautores?

Acá hay espacio para todos. Está lleno de cantautores de gran nivel. Edu Lombardo, Pinocho Routin; chicas como Rossana Taddei, Samantha Navarro, Ana Prada. Hay infinidad de cantautores, gente de mi generación: Rubén Olivera, Mauricio Ubal, Jorge Galemire. Acá en el tema de cantautores estamos completos. Cada uno tiene un estilo propio. Me quedo corto.
El que lea esta nota va decir "se olvidó de éste, se olvidó de aquel". Uno nuevo: Franny Glass como el de la novela de Salinger que firma así. Tiene 23 años y es un disparate, originalísimo, muy vinculado a la barra de (Pablo) Dacal y (Pablo) Grinjot y todos esos.


Además de cantautor tenés participaciones haciendo música para teatro y como productor artístico- ¿Por qué elegir esas modalidades? ¿Por qué te resultan atractivas? ¿Qué te otorgan esas aristas fuera de tu carrera solista?

Me involucraron a mí, yo no me involucré. Si bien sin saberlo yo lo había hecho toda mi vida con mis propios discos, la producción artística, hace unos ocho, diez años me empezaron a llamar algunos colegas para que yo los produjera. Yo les decía que no. Me insistieron bastante entonces terminé agarrando uno y después otro. Lo hice seis o siete veces pero creo que es una etapa cumplida. No sé si volveré a hacerlo. Uno nunca sabe.
Me deja mucho a mí. Porque para un solista como yo que ha estado toda su vida metido con sus materiales es muy útil, te abre mucho la cabeza tener que meterte humildemente en otra música completamente diferente a la tuya y ser funcional a eso. Tenés que investigar, meterte en esa banda, ver dónde quieren ir. Se aprende mucho de ellos también. Entonces para mí ha sido muy positivo aunque también es cansador. Es un trabajo demoledor. En la actualidad no tengo voluntad de agarrar un trabajo así pero no lo descarto.
Respecto de cine y teatro sí, hice una buena cantidad. Desde joven me interesó mucho la música instrumental. Esto me ha dado la posibilidad, por suerte, en teatro sobre todo, de poder escribir música instrumental, que no es nada sencillo de hacer y luego de vender. Hice 18 bandas sonoras de teatro. Hice también las bandas sonoras de un largometraje, de un documental y de un mediometraje (los tres del mismo director, Pablo Dotta). Edité un disco con la banda sonora de El Dirigible. Entonces es también una gran fuente de aprendizaje, un gran gusto, porque si uno saca discos instrumentales hay poco gusto por la música instrumental (...)


Se suele decir que renegás de la categoría "músico de culto" pero a la vez reconocés que tu música jamás será de masas y cuenta con un público relativamente minoritario. ¿En qué lugar te ubicarías o cómo te definirías respecto de la historia reciente y la actualidad musical de tu país?

En Uruguay hay muchísimos músicos como yo. La oferta es muy variada, muy amplia. Al ser un país tan chico, un mercado pequeño. Uruguay es el equivalente a Entre Ríos demográficamente. Entonces, todos sabemos de antemano que nos estamos metiendo en un baile muy difícil, que va a ser muy difícil que logremos ganar plata con la música y que te vaya bien con esto. Lo sabemos todos (...) Me ha tocado la felicidad de compartir trabajos y conocer músicos brillantes que yo admiraba cuando era un muchacho. La vida luego quiso que yo los conociera y luego me hiciera amigo, de hacer planes y cosas juntos. He tocado en los mejores teatros de mi país, he editado todos los dicos que he querido. Viajo ahora al exterior de vez en cuando. Para mí la vida ya ha pasado, no le pido nada más. Demasiado ya tuve.


Finalmente, desde internet se difunde en mayor proporción gran parte de tu música. ¿Qué opinión te merece la actualidad de la industria discográfica y el avance de internet respecto a la distribución/consumo de la música?

Es bien difícil responder. Entre los músicos del mundo entero hay opiniones divididas. Yo soy una persona que siempre llega medio tarde a los avances tecnológicos. Mi opinión no tiene la menor validez, mi intervención es nula porque si no lo resuelven las grandes multinacionales menos lo puedo resolver yo. La cosa va a ir para donde tenga que ir. Es un tema que hay que analizarlo no sólo desde la tecnología sino también desde la antropología, desde la conducta, desde una cantidad de cosas. Y yo esperaré a ver para donde se desarrollan los hechos y seguir tratando de editar mi música como sea que se edite en el futuro. No sé si existirá el disco, no tengo la menor idea. Pero no me preocupo porque me pasa como los agnósticos con Dios, si mi cerebro no es capaz de comprender una cosa la dejo pasar.

4 comentarios:

santiago segura dijo...

Uy, qué bueno! Me tengo que ir a dormir porque se me vienen días jodidos, pero prometo leer próximamente y comentar.

Facundo Miño dijo...

Sí, lástima que el show se acaba de suspender... tengo un soberano embole.

santiago segura dijo...

No te llegó el comentario que mandé acá?

Gracias por el disco, prometo escucharlo!

Facundo Miño dijo...

Cuál comentario? No, tuyos me llegaron los dos que están más arriba.