EL AGUANTE

Durante la fría tarde del viernes, pasaba por la plaza San Martín cuando escucho una guitarra con cierta cadencia reggae. Había salido de trabajar y me acerqué a ver quienes eran. Grande fue mi sorpresa cuando veo las remeras que vendían y escucho al cantante decir: "hola, nosotros somos Chala Rasta, venimos de Buenos Aires y vamos a tocar un poco para toda la gente". Miré a mi alrededor y seríamos veinte personas. Me quedé pese al viento y mi escaso abrigo porque es una banda que siempre me llamó la atención y nunca entendí la escasa repercusión de sus discos, plagados de buenas letras en clave reggae. Luchadores sin caer en lo panfletario tipo Manos de Filippi.
Tocaron como una hora, agitaron al escaso público (en el momento más concurrido habría 60 personas, por el cierre de los comercios) y contaban con cuatro personas que los conocíamos. El resto estaba por pura curiosidad. Si bien hubo cambios en la formación (Uniendo Raices es uno de los resultados de aquellos cambios), parece lejano el tiempo en el que se adjudicaban ser "la banda de reggae más grande del país". Más allá de grandezas y pequeñeces, demostraron tener aguante y resistencia para vencer el frío, tocando ante unos pocos desconocidos con empuje y energía. Sólo para promocionar su show nocturno (en un bar de Alta Córdoba) con entrada libre y gratuita. En vez de quedarse por ahí y hacer tiempo hasta la noche, prefieren hacerle frente al inhóspito clima mediterráneo ante unos pocos curiosos. Actitud de esas que no abundan y merecen ser destacadas.