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Anoche en Casa Babylon ante una escasa cantidad de público se llevó a cabo el Skapando 2007. En primer turno apareció Perro Negro sobre el escenario para dar rienda a un ska-punk sin matices. Más allá de sus ganas y del público que los acompañaba, tienen varios aspectos para pulir. Uno de sus vocalistas desbarrancó una y otra vez cuando entre tema y tema iniciaba monólogos largos e inentendibles para los presentes. Además, prometieron hacer su última canción y tocaron cuatro antes de un final caótico en el que amagaron hacer tres covers distintos y se fueron solos cerrando el telón por motus propio.
Posteriormente fue el turno de La Traktora, grupo que define se propuesta como power ska aunque me parece más cercana la categoría punk con algo de ska. A diferencia del sub 20 que los precedía, son tipos más grandes y con mucho más ensayo encima. De cualquier manera, su estilo directo y simple no me resulta atractivo. A veces las ganas y el esfuerzo no alcanzan.
Para el final quedó Inauditos, única razón que justificaba mi presencia en el Abasto en esta época del año. Sorprendentemente, su cantante (y amigo de quien escribe) no estaba presente. Desde el escenario nada se dijo acerca de la ausencia y las voces se repartieron entre el guitarrista y una cantante invitada.
El grupo había regresado a los escenarios tras un prolongado parate como invitados de Fidel y de Intocables hace algunas semanas. Desde el arranque mismo con La danza del estafador se notó que el regreso no está improvisado porque sonaron impecables a nivel de la ejecución instrumental. Sin embargo, las voces sonaron extrañas cuando el guitarrista tomó el control, probablemente por la falta de costumbre en ese rol, aunque la vocalista invitada pudo mostrar sus condiciones adecuadamente. Luego del clásico cover One step beyond de Madness, llegó el caótico cierre con Vino cartón y una invitación a los viejos amigos de Inauditos para subirse al escenario y ayudar con voces en el final borrachín.