SORPRESA Y ACIERTO

La llegada del Bob Marley Day a la ciudad de Córdoba es algo tardía. Ya instalada en Buenos Aires y Rosario (donde el año pasado estuvo Skatalites por ejemplo) tuvo su desembarco en nuestra ciudad con una grilla que invitaba a la sospecha. La Fully Fullwod Band (con algunos ex integrantes del grupo de Peter Tosh y otros ex músicos de los Wailers) ya había llegado a estas tierras hace un par de años en un festival que no tuvo demasiada repercusión y aparecía como figura central del evento.
Sin embargo, al llegar a Captain Blue XL me encontré con el "seleccionado" sobre el escenario. Superaron mis expectativas y mejoraron respecto de mi recuerdo. Lo mejor de su performance apareció cuando se despegaron de los clásicos de Marley que todos conocemos para animarse a ciertos pasajes propios (ragga y country incluidos). Aunque se notaba la carencia de vientos, los tipos mostraron categoría para desenvolverse y se fueron muy aplaudidos por el público.
Para el final (no llegué a ver a Demasiado Revueltos ni a Junior Marvin) quedó Nonpalidece. Acertada la decisión de la productora del recital. El sólo hecho de que algunos grupos tengan la bandera jamaiquina como colchón no garantiza necesariamente el show más caliente de la noche. Con un Nestor Ramlajk más expresivo que de costumbre, los bonaerenses hicieron un enorme show, fieles a su costumbre. Certeros, efectivos y precisos, navegaron por toda su discografía y se permitieron una perlita: el amague y posterior ejecución de Cuidado, una de las canciones emblema de Resistencia Suburbana. Agradecieron a todos los que se quedaron a esperar por ellos (dudo seriamente que alguien se haya ido antes) y ofrecieron un repertorio bastante similar al de sus últimas visistas a Córdoba.
Desde que los festivales de estas características dejaron de ser una rareza para convertirse en una sana costumbre me vengo preguntando cuál es el sentido de traer a bandas con cierto currículum pero desconocidas para la mayor parte del público que asiste. Este fin de semana pude ensayar una especie de respuesta: para abrir cabezas, para fortalecer una escena todavía incipiente y para atraer a cierto público que prefiere las visitas internacionales y prescinde de artistas nacionales.