Vamos con algunos amigos hacia la zona de Alta Córdoba para presenciar el show de una banda que no nos interesa salvo por la presencia de otro amigo en la batería. Cada tanto uno tiene ciertas obligaciones y asiste a eventos a los cuales no iría por voluntad propia. El sábado por la noche fue una de esas ocasiones y sólo por amistad y compromiso previo estuve en Urban Club.
Llamo a nuestro contacto para que nos venda entradas anticipadas a menor costo. Me pide lo esperemos que ya llega. Mientras charlamos en una zona desértica, de los parlantes del lugar se escapa un reggaeton tras otro. No esperaba encontrar a Exploited o GBH de fondo pero algo más cercano a Peter Punk (la razón de nuestra presencia) no vendría mal. Desafortunadamente no tendremos suerte.
Ya acomodados en una pequeña mesa a escasos 10 metros del escenario, saludamos a unos pocos conocidos y comentamos las características del lugar. Nuestro anfitrión se sienta con nosotros mientras la música muta hacia Pericos, Las Pastillas del Abuelo y fundamentalmente Bersuit. En una pantalla gigante el reggaeton sigue vigente aunque mudo: millares de morenas con escasas ropas y gran contorneo acaparan la atención de todos los varones presentes. El baterista implora que vuelva el reggaeton porque según su teoría es la mejor música para la previa de un show. Me resulta imposible adherir a su pensamiento pero lo dejo pasar. No tiene sentido discutir ese tipo de máximas.
Llamo a nuestro contacto para que nos venda entradas anticipadas a menor costo. Me pide lo esperemos que ya llega. Mientras charlamos en una zona desértica, de los parlantes del lugar se escapa un reggaeton tras otro. No esperaba encontrar a Exploited o GBH de fondo pero algo más cercano a Peter Punk (la razón de nuestra presencia) no vendría mal. Desafortunadamente no tendremos suerte.
Ya acomodados en una pequeña mesa a escasos 10 metros del escenario, saludamos a unos pocos conocidos y comentamos las características del lugar. Nuestro anfitrión se sienta con nosotros mientras la música muta hacia Pericos, Las Pastillas del Abuelo y fundamentalmente Bersuit. En una pantalla gigante el reggaeton sigue vigente aunque mudo: millares de morenas con escasas ropas y gran contorneo acaparan la atención de todos los varones presentes. El baterista implora que vuelva el reggaeton porque según su teoría es la mejor música para la previa de un show. Me resulta imposible adherir a su pensamiento pero lo dejo pasar. No tiene sentido discutir ese tipo de máximas.
Cerveza va, cerveza viene, la charla se interrumpe porque Cinerama saluda desde el micrófono. Tres chicas al frente y un pibe tras los parches. Rock y pop mezclado en dosis semejantes. Tras cuarenta y pico de minutos se acaba el show y las muy vistosas muchachas bajan hacia el público.
Inmediatamente comienza a sonar un grito casi cavernícola: "Peter Punk", "Peter Punk" en boca de una decena de inadaptados que se acercan al minúsculo escenario. Conozco a algunos: son los barrabravas que acompañan al baterista en tugurios nocturnos de dudoso nombre y escaso honor. Tras algunos pocos minutos arranca el set de nuestro amigo que luce máscara de luchador mexicano, similar a las que suele utilizar Flavio Cianciarullo. Los inadaptados saltan y poguean como si estuviera tocando Ramones.
Ya pasé varias veces por el baño, ya hice escalas suficientes en la barra. Es hora de dejar la cerveza y pasar al infaltable fernet que debe acompañar toda velada con música de fondo. Peter Punk sigue sonando en el lugar (se despachan con Himno al vino de Flema) y regreso a mi mesa con una ostentosa jarra de líquido negro. La pareja que me acompaña abandona el recinto pocos minutos después porque la ingesta de punk les termina dañando el hígado. Los dejo ir nomás. Mi promesa de ver el show implica quedarme hasta el final pase lo que pase.
Espero que el batero amigo termine su set, charlamos poco más y le dejo el último trago de Branca cuando comienza a sonar el tercer y último grupo de la noche. No recuerdo su nombre, tan sólo que estaba conformada por un camionero entrado en años y tenía una onda setentista. Suficiente por hoy, salgo a buscar un taxi. Llego cerca de las cinco y sólo quiero acostarme a dormir. Tomo poca agua y sé que lo lamentaré al día siguiente. El domingo al mediodía mi cabeza va a estallar en mil pedazos, la resaca me golpea duro y parejo. Lo sabía. A joderse.
La cerveza es más barata pero casi siempre deja secuelas el día siguiente. Debería escribir este post como prometí pero no tengo ninguna gana de sentarme frente la PC. En fin, vamos con el artículo de las groupies. El lunes será otro día.
Ya pasé varias veces por el baño, ya hice escalas suficientes en la barra. Es hora de dejar la cerveza y pasar al infaltable fernet que debe acompañar toda velada con música de fondo. Peter Punk sigue sonando en el lugar (se despachan con Himno al vino de Flema) y regreso a mi mesa con una ostentosa jarra de líquido negro. La pareja que me acompaña abandona el recinto pocos minutos después porque la ingesta de punk les termina dañando el hígado. Los dejo ir nomás. Mi promesa de ver el show implica quedarme hasta el final pase lo que pase.
Espero que el batero amigo termine su set, charlamos poco más y le dejo el último trago de Branca cuando comienza a sonar el tercer y último grupo de la noche. No recuerdo su nombre, tan sólo que estaba conformada por un camionero entrado en años y tenía una onda setentista. Suficiente por hoy, salgo a buscar un taxi. Llego cerca de las cinco y sólo quiero acostarme a dormir. Tomo poca agua y sé que lo lamentaré al día siguiente. El domingo al mediodía mi cabeza va a estallar en mil pedazos, la resaca me golpea duro y parejo. Lo sabía. A joderse.
La cerveza es más barata pero casi siempre deja secuelas el día siguiente. Debería escribir este post como prometí pero no tengo ninguna gana de sentarme frente la PC. En fin, vamos con el artículo de las groupies. El lunes será otro día.
6 comentarios:
Al igual que en Hunter (su amigo veo) todo se pone más lindo cuanto más bajo se cae!
Me gustó mucho esta faceta de "cronicador nocturno". Que se repita.
Caí bajo? No me pareció. Falté a la verdad cuando dije que se fueron antes del final de Peter Punk? Tampoco. Me pusiste en compromiso para que hiciera "aunque sea una mención en el blog". Acá está.
Me alegro te haya gustado. Veremos si se repite.
Saludos para ambos.
por bajo me refiero a a situación... Peter, los cavernícolas, el batero reggetonero... todo muy bueno! Mientras más bizarros más rico el relato.
yo me quedo con esta moraleja: "La cerveza es más barata pero casi siempre deja secuelas el día siguiente"
jajaj
muy bueno, que no falten estas maneras de narrar!!
abrazo facu!!
martin
ohh sii... me siento como si tuviera 18 años de nuevo... gracias Facu !!!
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