NUESTRA CULPA
Deudas pendientes, traiciones, culpas al por mayor, engaños y mentiras para nada piadosas. Magistralmente escritos (con una prosa eficaz y una economía narrativa envidiable), los siete cuentos de Juan Villoro que conforman Los culpables, narran las desventuras de sus personajes desde la primera persona. Rara vez aparecen decisiones acertadas o elecciones correctas. Los hechos suceden por inercia hasta que los protagonistas salen a reconocer sus responsablidades y asumen sus culpas. Allí ocurre el vuelco de la historia contada.
Un mariachi harto de su éxito, un cineasta envuelto en un secuestro, un futbolista cercano al retiro (El silbido, con peculiar participación del jugador argentino Patricio Banfield), dos hermanos transformados en guionistas, un agente de negocios que lee en una revista el fracaso de su matrimonio, dos amigos viajando en auto a través de Chichen Itzá. Los relatos del autor mexicano transmiten una atmósfera sombría: perturbadores, urbanos y mexicanos hasta la médula (pero con un logrado lenguaje que lo hace universal),
Los culpables no están exentos de cierto destino fatal que parece acecharlos. No hay victorias sino redenciones mínimas. Y las derrotas no parecen tan dolorosas para personajes acostumbrados a perder.
En el fondo, si logran escapar, lo harán por poco tiempo. Mucho más allá de sus intenciones, fueron arrastrados hacia ese presente de penumbras que los amenaza. No obstante, los cuentos de Villoro están lejos de ser pesimistas. Si bien el optimismo no abunda (los relatos apenas sugieren muecas y jamás sonrisas), la verosimilitud con la que están narrados y el realismo de sus descripciones merecen una lectura y varias relecturas.
Bonus track: la reseña del sitio Letras libres sobre Los culpables.
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