El polideportivo Municipal de Villa Carlos Paz (sede del evento) se encuentra ubicado en un coqueto barrio residencial, cerca de la costa del lago San Roque, con una preciosa vista de las Sierras Chicas. Abundan los chalets, casas de veraneo con pileta, es frecuente encontrar lanchas y motos náuticas para practicar deportes en el lago y casi no existen comercios por la zona. Sin grandes chances de hacer una previa, el público fue acercándose al predio incluso antes del horario fijado para el comienzo de las actividades musicales, prevista para las seis de la tarde.
El Carlos Paz and Love se había presentado con una grilla interesante de artistas en las que los ritmos jamaiquinos, reggae y dub fundamentalmente, gozarían de dos escenarios (uno al aire libre, otro cubierto) durante sábado y domingo para combinar buena música y sierras de Córdoba. Predominaba el espíritu federal con grupos provenientes de Misiones, Bariloche, Mar del Plata, Jujuy y un largo etcétera al que se sumaba una importante selección de artitas latinoamericanos y dos pesos pesados a nivel mundial como Macka B y Mad Professor. Para los seguidores de la escena reggae (cada vez menos encerrada en el ghetto) se trataba de una propuesta bastante tentadora
Aunque el sol quemaba, ciertas nubes empezaban a poner un tono amenazante a la jornada inaugural del festival reggae de este verano. Y los pronósticos poco alentadores se cumplieron bastante temprano. Ya habían pasado por el escenario los prometedores Shelby (con integrantes nuevos y gran respuesta del público), los marplatenses Ron Damón y los sanjauninos de Mamá Perfecta cuando la lluvia comenzó a embarrar la cancha. El grueso de los espectadores se refugió en el escenario cubierto denominado Pista de Baile y pudo presenciar las actuaciones de Una Nación, Sistahiel y La Yugular mientras de reojo observaba el cielo y pedía que el agua parara. Como los pedidos no eran escuchados, se tuvo que clausurar el escenario al aire libre y reprogramar algunos shows bajo techo.
Fue el caso de Butumbaba, quienes pese a su enorme experiencia no pudieron evitar que el pésimo sonido del ambiente les jugara una mala pasada. Más allá de sus voluntades, las bandas sonaron mal porque el tinglado del gimnasio donde se ubicaba el escenario no estaba preparado para bandas en vivo aunque soportaría sin problemas las performances de Dj's y soundsystems.
Justamente los DJ's se beneficiaron con el factor climático porque no tenían competencia por la atención del público y difícilmente hubieran logrado la convocatoria alcanzada sin la ayuda de la lluvia. Sobre el filo de la medianoche, el aguacero se detuvo y se hacía factible la reaparición del escenario descubierto pero tan sólo fue un instante. El aguacero volvería con mayor intensidad y ya no se detendría hasta altas horas de la madrugada. Un nuevo refugio en la pista de Baile le brindó un marco imponente de público a las actuaciones del venezolano Dj Afroraíz y a la uruguaya Dj Nina. Cuando se anunció la postergación de Gondwana para el día siguiente por las condiciones metereológicas, las caras de impaciencia mutaron a descontento. Mucha gente se agolpaba en la puerta de ingreso esperando que la lluvia merme para irse del predio. La cultura dj no está instalada en el público y la excesiva inclinación de los responsables de las bandejas por el electro dub no ayuda a mejorar la consideración popular.
DEUDA SALDADA
La espera valió la pena. Gondwana subió al escenario pocos minutos antes de las 17 bajo un sol radiante. El malestar de la noche anterior dio paso a la alegría de la mano del reggae romántico y espiritual de los chilenos. Aunque privilegiaron las canciones de Resiliente (su último disco), poco a poco fueron apareciendo clásicos como Verde, amarillo y rojo, Armonía de amor o Yo no quiero ir a guerra para delirio del nutrido grupo de fans que resistía el calor agobiante de la tarde serrana. En una hora y media de show demostraron (por si todavía alguien no se dio cuenta) que su prestigio es merecido y constituye uno de los pilares de la escena reggae latinoamericana.
Luego del desalojo del predio municipal (con el set de los trasandinos concluía la primera jornada), tras una corta espera se inició formalmente la fecha de cierre de Carlos Paz and Love. Tiembla Delirio Orquesta (la excepción ska del ciclo), El Cogollo, Valores Reggae, La Verde, los brasileños Pure Feeling fueron pasado por el estadio al aire libre presentados por Santiago Palazzo (conductor de La de Dios, el programa de ritmos jamaiquinos más importante de la Argentina).
HAGAN CORRER LA VOZ
La pista de baile tuvo momentos en los que quedó desierta, probablemente porque la jornada previa había acaparado más atención que la deseada. Con el clima a favor, la gente prefería las estrellas como vista nocturna. Y además, los dos platos fuertes de la noche en formato bandas estaban por llegar al escenario principal.
Kameleba ofreció un intenso set que repartió el repertorio entre los dos discos publicados a la fecha y cerró su performance con el cover de Alpha Blondy, Black samurai. El vocalista Darío Alturria es un gran frontman que sabe como manejar a la multitud. La banda que lo acompaña es una ajustada maquinita de tocar reggae que siempre suena compacta. Y sus letras no abundan en los mensajes prescriptivos que son tan familiares en la escena. Con esos atributos su futuro es muy alentador en un presente bastante auspicioso.
La salida de Nonpalidece acaparó todas las miradas. A esta altura, a la agrupación de Tigre no le hacen falta canciones nuevas para brindar un show popular de excelente calidad sonora. Pueden editar un dvd en vivo y un cd de versiones raras (los rumores indican que la publicación de esos registros obedece a las ganas de cerrar un contrato discográfico) sin que sus recitales mermen en frecuencia o en convocatoria. Sin grandes novedades, con la excelencia que los caracteriza, Nonpa explotó el predio del Polideportivo Municipal con altas dosis de reggae de su habitual repertorio. Invitaron a sus colegas de Pure Feeling y Gondwana para sumarse a la fiesta y luego del cierre volvieron a la carga con una larga lista de bises. Nestor Ramlaj, en nombre de su banda, expresó su deseo de participar en futuras ediciones de Carlos Paz and Love.
La clausura de artistas a cielo abierto no implicaba el fin del festival. El escenario cubierto volvió a ganar protagonismo en la previa de Macka B quien tendría nada menos que a Mad Professor como soundsystem. Dos potencias de roce internacional eran la frutilla del evento. Intercalando palabras en castellano y frases en inglés, los británicos brindaron un set contundente y no muy extenso en los que abundaron las referencias a históricos del género como Burning Spear, Peter Tosh y Bob Marley mientras la madrugada se consumía. Quedaría todavía la presencia de Fidel Nadal, entre otros, pero las obligaciones laborales obligaban a dejar de lado los ritmos jamaiquinos para retornar al asfalto cordobés aunque desde los micrófonos se anunciara fiesta hasta el mediodía del lunes.
El Carlos Paz and Love se había presentado con una grilla interesante de artistas en las que los ritmos jamaiquinos, reggae y dub fundamentalmente, gozarían de dos escenarios (uno al aire libre, otro cubierto) durante sábado y domingo para combinar buena música y sierras de Córdoba. Predominaba el espíritu federal con grupos provenientes de Misiones, Bariloche, Mar del Plata, Jujuy y un largo etcétera al que se sumaba una importante selección de artitas latinoamericanos y dos pesos pesados a nivel mundial como Macka B y Mad Professor. Para los seguidores de la escena reggae (cada vez menos encerrada en el ghetto) se trataba de una propuesta bastante tentadora
Aunque el sol quemaba, ciertas nubes empezaban a poner un tono amenazante a la jornada inaugural del festival reggae de este verano. Y los pronósticos poco alentadores se cumplieron bastante temprano. Ya habían pasado por el escenario los prometedores Shelby (con integrantes nuevos y gran respuesta del público), los marplatenses Ron Damón y los sanjauninos de Mamá Perfecta cuando la lluvia comenzó a embarrar la cancha. El grueso de los espectadores se refugió en el escenario cubierto denominado Pista de Baile y pudo presenciar las actuaciones de Una Nación, Sistahiel y La Yugular mientras de reojo observaba el cielo y pedía que el agua parara. Como los pedidos no eran escuchados, se tuvo que clausurar el escenario al aire libre y reprogramar algunos shows bajo techo.
Fue el caso de Butumbaba, quienes pese a su enorme experiencia no pudieron evitar que el pésimo sonido del ambiente les jugara una mala pasada. Más allá de sus voluntades, las bandas sonaron mal porque el tinglado del gimnasio donde se ubicaba el escenario no estaba preparado para bandas en vivo aunque soportaría sin problemas las performances de Dj's y soundsystems.
Justamente los DJ's se beneficiaron con el factor climático porque no tenían competencia por la atención del público y difícilmente hubieran logrado la convocatoria alcanzada sin la ayuda de la lluvia. Sobre el filo de la medianoche, el aguacero se detuvo y se hacía factible la reaparición del escenario descubierto pero tan sólo fue un instante. El aguacero volvería con mayor intensidad y ya no se detendría hasta altas horas de la madrugada. Un nuevo refugio en la pista de Baile le brindó un marco imponente de público a las actuaciones del venezolano Dj Afroraíz y a la uruguaya Dj Nina. Cuando se anunció la postergación de Gondwana para el día siguiente por las condiciones metereológicas, las caras de impaciencia mutaron a descontento. Mucha gente se agolpaba en la puerta de ingreso esperando que la lluvia merme para irse del predio. La cultura dj no está instalada en el público y la excesiva inclinación de los responsables de las bandejas por el electro dub no ayuda a mejorar la consideración popular.
DEUDA SALDADA
La espera valió la pena. Gondwana subió al escenario pocos minutos antes de las 17 bajo un sol radiante. El malestar de la noche anterior dio paso a la alegría de la mano del reggae romántico y espiritual de los chilenos. Aunque privilegiaron las canciones de Resiliente (su último disco), poco a poco fueron apareciendo clásicos como Verde, amarillo y rojo, Armonía de amor o Yo no quiero ir a guerra para delirio del nutrido grupo de fans que resistía el calor agobiante de la tarde serrana. En una hora y media de show demostraron (por si todavía alguien no se dio cuenta) que su prestigio es merecido y constituye uno de los pilares de la escena reggae latinoamericana.
Luego del desalojo del predio municipal (con el set de los trasandinos concluía la primera jornada), tras una corta espera se inició formalmente la fecha de cierre de Carlos Paz and Love. Tiembla Delirio Orquesta (la excepción ska del ciclo), El Cogollo, Valores Reggae, La Verde, los brasileños Pure Feeling fueron pasado por el estadio al aire libre presentados por Santiago Palazzo (conductor de La de Dios, el programa de ritmos jamaiquinos más importante de la Argentina).
HAGAN CORRER LA VOZ
La pista de baile tuvo momentos en los que quedó desierta, probablemente porque la jornada previa había acaparado más atención que la deseada. Con el clima a favor, la gente prefería las estrellas como vista nocturna. Y además, los dos platos fuertes de la noche en formato bandas estaban por llegar al escenario principal.
Kameleba ofreció un intenso set que repartió el repertorio entre los dos discos publicados a la fecha y cerró su performance con el cover de Alpha Blondy, Black samurai. El vocalista Darío Alturria es un gran frontman que sabe como manejar a la multitud. La banda que lo acompaña es una ajustada maquinita de tocar reggae que siempre suena compacta. Y sus letras no abundan en los mensajes prescriptivos que son tan familiares en la escena. Con esos atributos su futuro es muy alentador en un presente bastante auspicioso.
La salida de Nonpalidece acaparó todas las miradas. A esta altura, a la agrupación de Tigre no le hacen falta canciones nuevas para brindar un show popular de excelente calidad sonora. Pueden editar un dvd en vivo y un cd de versiones raras (los rumores indican que la publicación de esos registros obedece a las ganas de cerrar un contrato discográfico) sin que sus recitales mermen en frecuencia o en convocatoria. Sin grandes novedades, con la excelencia que los caracteriza, Nonpa explotó el predio del Polideportivo Municipal con altas dosis de reggae de su habitual repertorio. Invitaron a sus colegas de Pure Feeling y Gondwana para sumarse a la fiesta y luego del cierre volvieron a la carga con una larga lista de bises. Nestor Ramlaj, en nombre de su banda, expresó su deseo de participar en futuras ediciones de Carlos Paz and Love.
La clausura de artistas a cielo abierto no implicaba el fin del festival. El escenario cubierto volvió a ganar protagonismo en la previa de Macka B quien tendría nada menos que a Mad Professor como soundsystem. Dos potencias de roce internacional eran la frutilla del evento. Intercalando palabras en castellano y frases en inglés, los británicos brindaron un set contundente y no muy extenso en los que abundaron las referencias a históricos del género como Burning Spear, Peter Tosh y Bob Marley mientras la madrugada se consumía. Quedaría todavía la presencia de Fidel Nadal, entre otros, pero las obligaciones laborales obligaban a dejar de lado los ritmos jamaiquinos para retornar al asfalto cordobés aunque desde los micrófonos se anunciara fiesta hasta el mediodía del lunes.
2 comentarios:
Ah, qué bueno...Butumbaba sigue tocando!
Aquí hay buena info...
Slds!
Butumbaba sigue tocando y tiene uno de los newsletter más copados que uno pueda recibir por mail. Gracias por los elogios.
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