Dividida en cinco largos capítulos, Delitos a largo plazo retrata a Harry Starks, un mafioso homosexual que reina en los no tan dorados años sesenta de Londres donde “gángsters, aristócratas y actrices de dudosa reputación se entremezclan en un ambiente decadente”. Para llevar a cabo su tarea, el autor recurre a personajes secundarios que trabaron relación con el gángster (el diario privado de un aristócrata, un ex amante, una ex prostituta que le debe favores, un matón de poca monta y hasta un científico con ideología de izquierda). Las formas varían y la vinculación también pero existen coincidencias abrumadoras en todos los personajes acerca de la atracción y el miedo que inspira Starks.
Según las reseñas reproducidas en la contratapa del libro, Jake Arnott realiza un impresionante retrato de época y no hay razones que permitan refutar esas apreciaciones. En forma marginal se puede leer la aparición del hippismo, los skinheads y hasta el ska londinense (sugerido al principio, nombrado de manera específica después) mientras el personaje central va dejando un reguero de sangre, torturas, muerte y chantajes varios como herencia.
La portada de la edición en castellano presenta como gancho una sentencia bastante acertada: “Pulp fiction pulida hasta ser inmaculada” escribió un crítico del diario The Observer. La comparación resulta válida por la sordidez y violencia que une ambas historias aunque el libro cuente con el clásico estilo británico para revestir escenas y personajes que transpiran agresividad por cada uno de sus poros.
Delitos a largo plazo es la primera parte de una trilogía que se completará en los próximos meses con Canciones de sangre y Crímenes de película (que espero con ansiedad) a través de la colección Roja y Negra de editorial Mondadori. La prosa del autor es ágil y adictiva, resulta difícil detener la lectura y uno tiene la necesidad de seguir adelante con el texto. Según Fresán, director de la colección, Arnott es un firme candidato a integrarse al pelotón de Mc Ewan, Amis, Kureishi y Rushdie en el ámbito de la literatura británica actual. Absolutamente recomendable.
Bonus track: Hablando del Asunto tiene su propia reseña del libro.
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