Si alguien disfruta más escuchar los discos de una banda que verlos en vivo, se encuentra frente a un problema relativamente grave.Los uruguayos Once Tiros pasaron por Casa Babylon y adelantaron una media docena de temas nuevos (que parecen bien encaminados) pero siguen sin sonar de manera adecuada en sus visitas a la ciudad de Córdoba.
Aunque los carteles y la publicidad anunciaban como horario las 23 hs del viernes 30 de marzo, Insólito Rey, la primera banda invitada comenzó su set alrededor de la 1:45 pm. Con una inocultable influencia piojosa desarrolló su set sin sorpresas ni destellos. Una lista demasiado extensa y la ausencia de variantes terminó aburriendo.
Dale Roska demostró que su crecimiento dentro de la escena local se sustenta tres pilares básicos: diversión, agite y buena ejecucución instrumental. Al ska furioso deudor de Ska-p le adosan reggae para relajar el pogo y permitir que la gente recupere el aire. Gran show que tuvo un cierre a todo trapo con el cover Cannabis, festejado por los asistentes.
Finalmente, Once Tiros salió a las tablas cuando las agujas se acercaban a las 4 de la madrugada. Al público poco le importó la espera y el muy deficiente sonido porque pogueó y arengó desde el primer hasta el último acorde. La banda entregó una lista con todos sus clásicos (Se droga, Maldición, Lo más valioso entre otros) y presentó una buena parte de que será su próxima placa de estudio que grabarán durante este año.
Ahora bien, ese apoyo explícito de parte de los presentes no invalidan una serie de interrogantes que surgen indefectiblemente: ¿cual es el verdadero sonido en vivo de Once Tiros? ¿cuánto les costaría exigir mejores condiciones para tocar? Se nota que ponen ganas, empuje y que se divierten arriba del escenario pero estos elementos no alcanzan para disimular la palidez sonora que evidenciaron anoche en el Abasto. Utilizar instrumentos prestados por sus colegas locales indudablemente posibilita ahorrar costos de transporte e infraestructura pero atenta contra el espectáculo. No es lógico que la voz no se escuche. Ni siquiera en los intervalos entre tema y tema se podía escuchar con claridad lo que expresaban.
Quedará para otra oportunidad evaluarlos en mejores circunstancias. Mientras tanto, celebremos su canción nueva (por lo antedicho no sabemos el nombre) que recordó a Creedence y permite esperanzarse de cara al futuro para sacarse de encima su mote de "copia de la Vela Puerca". Tienen ideas y capacidad de sobra para lograrlo. Deberán explotarlas al máximo y mejorar sus presentaciones en vivo si desean ser valorados por un público al que dejaron con cierto gusto amargo.
Gabo Nubes y una banda de amigos, en Concierto
Hace 4 semanas
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