martes, 17 de abril de 2007

MÁS MONÓTONA QUE BELLA


Difícil entender el sentido y la intención de Roots Time. Se podría catalogar como una road movie cuyo mayor gancho consiste en estar ambientada en Jamaica. Es una ópera prima del director argentino Silvestre Jacobi que filmó en Nine Miles, el pueblo donde nació Bob Marley. Una película tan pero tan pequeña que sus 77 minutos de duración resultan excesivos para lo que se cuenta (o se intenta contar) allí.
Dos rastas (“Jah Bull” y “Baboo”) transitan las callecitas polvorientas de una agobiada Jamaica rural. En un desvencijado auto pintado con los predecibles colores verde, amarillo y rojo; intentan vender discos de vinilo (no hay referencias al cassette, mucho menos al cd o al mp3 player) de aldea en aldea mediante la propalación en un altoparlante para anunciarse a los pobladores.
La narración transcurre durante un día típico de ambos personajes que, por casualidad, se encuentran con Farmer Roots, el locutor radial más popular de la zona, que busca un transporte para que su mujer sea trasladada a un hospital y sea atendida de sus dolencias.
A partir de allí, se suceden algunas diálogos desopilantes y un par de escenas memorables porque los rastas intentan convencer al locutor de las bondades de un curandero naturista, acorde con su religión. Lamentablemente, esos escasos aciertos no alcanzan para sobrellevar el peso del film. Le sobran minutos y, por momentos, aburren por lo tedioso y lento de la narración.
Uno de los méritos de la película está relacionado a su retrato (un poco superficial, pero igualmente desconocido para el gran público) de la vida cotidina de los rastafaris jamaiquinos, centrando el relato en la parte rural de la isla. Otro acierto radica en su elección de no quedarse únicamente con la marihuana como tema recurrente (sólo una breve escena mustra una fumata de Jah Bull) y pensar el film no sólo para entendidos en la materia, sólo con conocimientos mínimos de la cultura rasta (no hay esos típicos guiños que sulen dejar público afuera). El último punto a favor es la banda de sonido, reggae puro y auténtico, con guitarras acústicas y algún que otro viento. La mejor demostración de la máxima cafre: "el reggae es belleza y no monotonía". Es una verdadera lástima que sólo la banda sonora pueda expresarlo con claridad. Podría haber quedado bastante mejor.

4 comentarios:

Rombo dijo...

Conoci hoy el blog. Felicitaciones, cosas interesantes de gente que nos gusta lo mismo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Te falto poner algunos datos técnicos de la película. Primero pense que era un disco...

fast dijo...

che, al princio no me habia gustado.... pero despues de un rato me cayo mejor, el tema es no hacerse la cabeza... es decir, para min no es una pelicula ni sobre rastas ni sombre Jamaica.... es una historia (e vero.... no tan gran historia) que trancurre en un lugar... es simple y no tiene por que ser grande..

Facundo Miño dijo...

Todo bien Fede con no hacerse la cabeza. Estamos de acuerdo en que la pelicula cuenta una historia chiquita. Ahora, si miramos la imagen veremos que anuncia "dos rastas, reggae y una aventura por toda Jamaica". Por supuesto en colores verde, amarillo y rojo. Aparece 1 hojita en el centro del flyer. Me parece como demasiado para esa historia mínima. Y no se si queda bien apelar a todos esos símbolos de manera gratuita. En definitiva, no me convenció. Que se le va a hacer...