Muchos mitos quedaron derribados en los primeros minutos del viernes 13 de abril. La histórica reunión de todos los ex compañeros de Sumo en un escenario, veinte años después de la implosión del grupo da por tierra con tantas especulaciones que se dijeron y escribieron durante demasiado tiempo.
Tres canciones alcanzaron para dejar de lado los miles de rumores existentes. Algunos reales, otros ficticios y muchos difíciles de confirmar. Que Sokol no lo puede ver a Pettinato, que Divididos se llevó la música y Las Pelotas el sentimiento, que Pettinato era el más careta de todos y compuso La rubia tarada para ganar guita... chau, hasta luego y buena suerte. Bastaron
Crua chan,
Divididos por la felicidad y
De be de para derribar el mito más grande de las dos últimas décadas del rock argentino.
Hay antecedentes que deben ser tenidos en cuenta para entender el porqué de esta reunión. Hubo un intento en Montevideo, cuando tocaron por primera vez en la misma noche, frustrado por la negativa de un
Dividido. El acontecimiento dejó secuelas y
El fantasma no muerde (publicado en Todo por un polvo) como respuesta desde el otro lado. Posteriormente, en el marco del festival mendocino Andes Rock, se juntaron en el mismo escenario para tocar algunos temas de Sumo. Sólo faltaba el revitalizado Petti para que la reunión fuera total y se cargara de simbología. Además, Dafuncchio venía declarando a diestra y siniestra su voluntad de avanzar en ese sentido.
Claro que del dicho al hecho hay varios pasos de distancia. Y, en este caso en particular, esas declaraciones debían tomarse con pinzas porque el voluntarismo no había alcanzado hasta ahora y nadie se animaba a pronosticar el desenlace. Evidentemente se limaron las asperezas y se aceptó la reunión.
A la distancia, por transmisión radial, daba la sensación de un ambiente relajado y sin presiones de ningún tipo. La sorpresa del público quedó registrada en la exclamación al verlos juntos cuando amenazaron arrancar con
Next week. Fue espontánea y aunque Mollo invitó al público a recrearla pidiendo que se repita, los intentos resultaron estériles porque no lograron la naturalidad de esa primera impresión sorpresiva. Incluso no estaba definido el playlist y eso derivó en un remate gracioso de uno de ellos "
esto siempre fue así, nunca nos entendimos". Acertado el momento del regreso, sin concesiones a nadie, sólo a ellos mismos.
El futuro tampoco permite arriesgar pronósticos sobre lo que vendrá. Este encuentro acabó con el mito pero abrió escenarios impensados hasta ayer nomás. Nunca serán Sumo totalmente por la obvia ausencia de Luca.
Sin embargo, las dos posibilidades que aparecen son igualmente contraproducentes para sus bandas actuales: si deciden recrear Sumo con apariciones esporádicas, el presente de Divididos y de Las Pelotas pasará a segundo plano por lo que representa la unión de los ex compañeros sobre las tablas. Si, en cambio, lo de anoche fue un momento y nada más, la ansiedad por verlos juntos nuevamente (sobre todo en festivales en los que puedan coincidir) también podría opacar la actualidad por separado que hoy viven.
En definitiva, si bien no se sabe que ocurrirá de aquí en más, festejemos esta reunión que no obedece a ninguna regla del mercado (Las Pelotas y Divididos son más exitosos en términos de popularidad y de convocatoria de lo que alguna vez fue Sumo) y los pone ante una encrucijada difícil de sortear. Veremos como la resuelven pero podemos estar tranquilos. No volvieron por nuestro dinero. Sólo porque tuvieron ganas.
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