lunes, 14 de mayo de 2007

¿QUIÉN DA MAS?

Vienen Los Cafres a Córdoba y ese suceso por sí mismo amerita un post. La banda reggae más importante de Argentina y de toda Latinoamérica se vuelve a presentar en escenarios cordobeses. Habiendo llenado el Centro Cultural General Paz, estrenan nuevo lugar en Faruk.
En alguna entrevista de hace tiempo, el cantante Guillermo Bonetto se refería al éxito de su último disco de estudio Quien da más? y manifestaba cierta perplejidad por el momento en qué llegaba. Lo sentía injusto con respecto a sus producciones anteriores. Si el amor se cae es una hermosa canción de amor pero ¿acaso no lo son Velas y sahumerios o Tus ojos?; Sin semilla, Suena la alarma o Ruge la barra nada tiene que envidiarle a Gran sequía o a Tu voz. El éxito no necesariamente está ligado al mejor momento de un grupo.
Sin embargo, el creciemiento de convocatoria trae aparejado cambios en los lugares donde tocar, en la composición del publico, en la infraestructura y sonido (aunque no en todos los casos) y, finalmente, en el costo de las entradas.
Personalmente me alegra cuando les va bien a los grupos que me gustan. Porque crecen sus posibilidades de progreso y resulta menos complicado que vuelvan a visitar nuestra ciudad. No creo haber renegado por la popularidad o masividad que puedan llegar a lograr No Te Va Gustar, Karamelo Santo o Resistencia Suburbana, por ejemplo. Pero en ciertos casos, se les va la mano. Nunca fue barato ver a Los Cafres pero 25 pesos me parece un exceso. No sólo por ellos. Diría lo mismo por Las Pelotas, por Attaque 77 o por La Vela Puerca. Lamentablemente, el precio de la entrada es bastante privativo. Seguramente la productora Nueva Tribu está vinculada en semejante costo (La Mancha de Rolando vale 22 y el show también está a cargo de Palazzo y compañía). Pero también hace falta un replanteo de parte de los mismos Cafres. Con valores tan altos, parte de su público de antaño y del nuevo que podría aparecer tendrá que conformarse con los discos en vivo. Y esperar por otra visita más económica para poder gritar aquello del "reggae es belleza y no monotonía".

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