LA VANGUARDIA TAMBIÉN TIENE PRECIO

Vuelve Soda Stereo, diez años después de su famoso último concierto. Lo anunció la agencia Telam ayer y está en la tapa de todos los diarios. Algo lógico teniendo en cuenta la trascendencia del grupo insignia del rock argentino for export. Imaginemos el revuelo que provoca el regreso de una de las bandas más emblemáticas del rock latinoamericano y, probablemente, la más popular de esta parte del continente.
Si a Cerati le alcanzó un buen disco para posicionarse como el gran solista local, si hasta un portal de música elaboró un informe sobre las claves para "su vuelta a la cima", no resulta extraño entonces el bullicio que genera la vuelta de Soda. Ya se programaron 12 shows hasta el momento. Dos se llevarán a cabo en el estadio Monumental (se dice que en el inicio y cierre de la gira) y los restantes incluirán México, Venezuela, Colombia, Chile y Ecuador. Se rumorea que podrían incluir un show en el Chateau Careras aunque no está confirmado por el momento. Por tanto, sugiero nos preparemos para escuchar canciones del trío hasta el hartazgo. Este tipo de regresos trae aparejada una saturación radial de la banda en cuestión.

"Y si te piensas echar atrás tienes mucho barro que tragar" canta Enrique Bunbury en Entre dos tierras, uno de los grandes clásicos de los Héroes del Silencio (que casualmente también se juntan en breve ). La máxima se aplica al regreso de Soda Stereo y las implicancias que trae aparejadas su reunión.
Fundamentalmente porque el sobrevalorado Gustavo Cerati, en sus declaraciones de prensa, además de revolear materia fecal para todos lados, se encargó de reiterar que no tenía ninguna necesidad artística o económica para volver a juntarse con sus ex compañeros de ruta. Si además se tiene en cuenta sus constantes referencias a Soda Stéreo como algo perteneciente a su pasado y su hartazgo respecto de las consultas y especulaciones sobre la banda, parece contradictorio que ahora si decida volver.
Los rumores acerca de una reunión se acrecentaron con la aparición de Movistar en el mercado de la telefonía celular. La empresa pretendía contar con el trío para su presentación en Latinoamérica. Si bien no lograron su objetivo se hablaba de montos impresionantes (seis ceros) en billetes de color verde. Pasaron algunos años y el regreso es inminente. Es difícil creer que la cifra haya disminuido.
Si las razones artísticas brillaban por su ausencia hace apenas un año, resulta difícil de aceptar que ahora si hayan aparecido. No se intenta discutir los méritos artísticos de Soda ni de Cerati en plan solista. Simplemente marcar que su discurso verborrágico, elitista y su posición como la contracara del tan criticado rock barrial/chabón (constantemente subvalorado y carente de valor artístico) tiene un precio. Su pose vanguardista, sus palabras desde el pedestal, su calificativos despectivos y sus referencias a curritos del resto también pueden ser aplicadas hacia su figura supuestamente intachable.