Sin bandas invitadas que los precedan, los uruguayos abrieron con “Al vacío”, seguido de “Más mejor”, “Como brillaba tu alma” y “No necesito nada”. Recién el quinto lugar de la lista corresponde a una canción de Todo es tan inflamable (e incluida en Tan, el cd/dvd en vivo que vienen a presentar y contiene los mismos temas del disco de estudio).
Si alguien pensaba que NTVG venía a hacer la plancha aprovechando la excusa del disco en vivo que sirve como excusa para su visita se equivocó. Gran parte del playlist seleccionado para la ocasión hizo foco en temas más viejos, reversionando sus propias composiciones (y hasta deformando algunas) sin caer en la típica lista de hits nuevos para el público más advenedizo.
Con un sonido potente y cristalino, la banda salió decidida a brindar un show basado en su repertorio popular sin más armas que sus instrumentos. El juego de luces era aceptable y no se contó con músicos invitados. Tan sólo ellos y el público. El grupo no tuvo problemas en detener una de sus interpretaciones al descubrir una pelea en cercanías del escenario. “Esto es rock amigos, si quieren pelearse vayan a otro lado” se escuchó desde el escenario.
Muy pocas palabras partieron desde arriba. Emiliano Brancciari no es un frontman característico. Toca la guitarra, canta y su movilidad sobre el escenario es prácticamente nula. Además, su timidez lo acerca a la parquedad porque casi no interactúa con el público. Apenas un par de agradecimientos por los aplausos obtenidos, el aviso de las reversiones que se vendrían y un comentario sobre lo enorme que les parecía el lugar durante la prueba de sonido con agradecimiento posterior a los presentes.
Entre las gemas para destacar se encuentran el medley sublime de “Verte reir” y el cover de “Mañana en el abasto” junto con la sorprendente inclusión de “Cielo de un solo color” (una oda al ser uruguayo que no habían tocado en Córdoba durante sus estancias previas).
Sólo la inmensidad del lugar elegido puede acarrear algunas sombras sobre el paso adelante de los orientales. Aunque cueste ver el sol, se trata de un simple espejismo: la próxima visita en el mismo recinto contará con mucha más gente. Tienen todo para lograrlo: amplitud estílistica en lo musical, un arsenal de grandes canciones aptas para cualquier público y actitud humilde. El boca en boca seguramente hará el resto.
Actualización 29/4: esta misma reseña aparecerá en Recis (sección bandas/crónicas). Podría haber redactado otro texto para el blog pero no tengo tiempo y las ganas tampoco abundan.
2 comentarios:
para mi gusto, estuvo lindo el show. pero insisto: con la salida del bajista y baterista, se fue el ALMA musical de la banda, con esto tambien se fueron todos los matices candomberos que tanto agradaban. el baterista nuevo, NO SABE tocar ni un solo ritmo de candombe, y tambien murieron los coros murgueros. el bajista nuevo tendra su ondita arriba del escenario, pero cuando tiene q salir con el bajo al frente, como lo hacia el bajista anterior, hace agua por todos lados. Las canciones que componen me gustan muchisimo, una lastima que la musica no sea la misma.
Eran 2 miembros originales que se fueron y eso seguro tiene sus costos. El reacomodamiento de piezas lleva tiempo y nadie puede asegurar que logren suplantar adecuadamente esas ausencias. Particularmente no percibí esas deficiencias que vos precisás. Si celebro, casi de pie, que hayan reversionado sus propias canciones para no aburrir ni aburrirse teniendo en cuenta que la gira es para presentar un disco en vivo que repite las mismas canciones de su último álbum de estudio.
Publicar un comentario