lunes, 21 de julio de 2008

DEVORADOR DE CORAZONES


Hace un rato terminé de leer Alta fidelidad, la excelente novela de Nick Hornby sobre la que ya escribí un pequeño anticipo y resalté un párrafo sobresaliente.
Rob Fleming, el protagonista del relato, es un auténtico melómano, amante de la música pop (en el sentido más amplio de sus acepciones) que tiene una pequeña tienda de discos de vinilo en Londres. Dedica gran parte de su tiempo a elaborar complejos y asombrosos top five de los tópicos más extraños y disímiles que se puedan imaginar: capítulos favoritos de diversas series, mejores temas de un single (una marca de época), trabajos de sus sueños (con períodos incluidos) y un larguísimo etcétera. Está a punto de cumplir 36 años cuando su novia con la que convive lo deja sin muchas explicaciones. Motivo suficiente para que Rob confeccione su top cinco de rupturas amorosas mientras se lanza de manera desesperada a reconquistar su pareja con métodos de lo más absurdos e inadecuados.
Como m
e resulta extremedamente complicado intentar una reseña que esté a la altura de semejante libro me limitaré a reproducir algunos cometarios que aparecen en la contratapa a las que añado unas pocas palabras propias.
"Brillante. Una explicación muy divertida y muy precisa de porqué los hombres somos como somos" (Harry Enfield. Independent on Sunday). "Son los riffs literarios de Hornby sobre las humillaciones amorosas y las rupturas, dolorosamente veraces, los que hacen que este libro sea tan especial, una rara y conmovedora versión del punto de vista de los hombres sobre los asuntos del corazón" (Joanne Wilkinson, Booklist).
El mérito fundamental del autor reside en las temáticas universales que subyacen en la novela (el amor, el desamor, las crisis propias de cierta edad, los sueños rotos), retratadas desde una óptica decididamente masculina. ¿Quién no sufrió un desengaño amoroso? ¿Quién no imaginó un reencuentro con su ex pareja en el que pudiéramos mostrarle su terrible error al dejarnos?¿Quién no metió la pata al decir la frase equivocada en el momento inoportuno frente a una muchacha?
De lectura ágil, alternando fragmentos emotivos y largas disquisiciones geniales, el libro avanza a fuerza de frases memorables, abundantes citas musicales (en mi caso desconozco muchas de las canciones mencionadas) y una dosis inigualable de humor. Sólo se me ocurren grandes adjetivos para calificarla: magnífica, brillante, divertida. Imprescindible para quienes gusten de la música y de las historias bien contadas.

1 comentario:

santic dijo...

yo quiero internarme en 'fiebre en las gradas'