La reaparición de Los Fabulosos Cadillacs en los escenarios huele un poco a moda. Con el revival de los regresos de The Police y la conclusión de la gira Me verás volver de Soda Stereo, el imaginario promedio ya agotó la cuota prevista para este tipo de reuniones y cualquier noticia de estas características despierta suspicacias.
En ese marco, el Satánico Pop Tour que desembarcó el fin de semana en Córdoba oficiaba como un hecho consumado y previsible al que solo le faltaba el nombre que tendría la gira. Era un secreto a voces muy anterior a la campaña publicitaria de carteles en la vía pública y al anuncio de su show en el Planetario capitalino de meses atrás.
El mainstream vio el jugoso negocio que representa la asociación con bandas insignias en el rock argentino que hace rato no tocan juntos y puso una generosa torta de billetes que suelen tentar hasta los más rebeldes e iconoclastas de nuestra fauna. Los auspiciantes no pueden revivir a Luca, Miguel Abuelo o Pappo pero lo harían sin pestañear, relamiéndose por los generosos dividendos que traería resucitarlos.
Si bien el retorno Cadillac no escapa a ese peligroso pantano donde las consideraciones artísticas ceden demasiado terreno al aspecto puramente emocional, es justo y necesario recalcar que no todo parece encausarse dentro de ese saco de fuerza exitoso en lo comercial aunque pobre en lo estético. Como prueba de ello se pueden enumerar algunas estaciones en las que se detuvo el repertorio del sábado pasado en el Chateau Carreras ante unas 20 mil personas, aproximadamente: Paquito, El aguijón, Saco azul y Guns of Brixton (¡en los bises!), canciones que no están grabadas en la memoria del público masivo. En ese mismo sentido se inscriben los arreglos de vientos para nada tribuneros de Siguiendo la luna y la versión impresionantemente lúgubre de Los condenaditos.
Apenas pasadas las 21:30, Manuel Santillán, el león marcó el demoledor arranque que no perdió intensidad pese a su corte abrupto. La banda aguardó unos pocos minutos sobre el escenario mientras se solucionaba el problema técnico y continuó con Mi novia se cayó en un pozo ciego. Con el campo abarrotado de gente, el salto parecía unir a todos en un mismo movimiento y en las pobladas tribunas el piso temblaba literalmente. La lista dio paso a Estoy harto de verte con otros y a la extraña mezcla de El genio del dub y Radio Kriminal, incluida en La luz del ritmo, el disco que trajo aparejado la reunión Fabulosa. Con el correr de las canciones decayó levemente el fervor cuando sonaron Muy, muy temprano y el cover de Ian Dury Wake up and make love to me. No tardó en volver a levantar temperatura tras la presentación de Luciano Junior (primer percusionista de la banda) y de Pablo Lescano para interpretar la hiper difundida Padre nuestro. El líder de Damas Gratis es una auténtica estrella y lo sabe. Con un par de tonos sobre su teclado se metió al público en el bolsillo y lo manejó a voluntad al punto de lograr que todos imitaran sus movimientos cumbieros a puro carisma y ritmo dulzón.
Promediando el set fueron apareciendo cada vez más clásicos interminables. Gitana, Santa Carmela, Calaveras y diablitos, Mal bicho y un extenso etcétera dijeron presente en la cita de sábado. Rotman saltó durante toda la noche mientras dirigía las arengas hacia el público; Flavio correteó por toda la superficie del escenario y Vicentico se movió a sus anchas, bastón en mano, en el perfecto rol de showman mala onda aunque bastante más edulcorado para esta ocasión. Por supuesto, hubo espacio para homenajear al desaparecido Toto Rotblat cuando todos los músicos abandonaron el escenario mientras desde las pantallas laterales se mostraban imágenes del percusionista y los tambores ambientaban el final de Los Condenaditos.
¿El resto? Los demás músicos se limitaron a cumplir su papel sabiendo que compartían la actuación estelar de la noche aunque en segundo plano. Sólo Dany Lozano y Fernando Ricciardi se lucieron en diferentes solos. Sobre Matías Brunel, el guitarrista nuevo, poco se puede decir: sus supuestos méritos y defectos no pudieron apreciarse ni siquiera para calificar su performance. Estuvo estático, casi a oscuras y sin momentos para destacarse. Quizás allí radique la mayor incógnita sobre la actualidad de LFC. Aunque la música de la banda nunca tuvo una presencia fuerte de guitarras (de la etapa de Minimal casi no seleccionaron canciones), el volumen tan bajo de la viola impedía que los Cadillacs sonaran compactos en el conjunto.
Al público no le importó este detalle: coreó El satánico Dr Cadillac y la larga lista de bises que incluyó Basta de llamarme así, Vos sabés, Vasos Vacíos con Mimí Maura, Matador y el cierre definitivo con Yo no me sentaría en tu mesa.
El primer test del Satánico Pop Tour en
Gabo Nubes y una banda de amigos, en Concierto
Hace 4 semanas
5 comentarios:
la lista de temas se zarpó... saco azul, gallo rojo, paquito, estoy harto de verte con otros, carmela, el aguijon, guns of brixton, mas toda la catarata de hits (y que son unos temazos de la puta madre!)... creo que mas allá de las cuestiones comerciales, los cadillacs dieron un show de la concha de la lora, una verdadera fiesta. No tiene sentido, despues de ver semejante show, andar reclamando pelotudeces al estilo de que volvieron por la guita, o lo que sea...
Me parece que LFC estuvieron muy atentos a las críticas a SStereo y afinaron el MKT para la gira, ergo: disco nuevo totalmente intrascendente en la rica discografía de la banda, solamente para finjir "riesgo artístico" (donde lo hay en versiones, reversiones y outtakes aggiornados?), libro sacado rapidito y rapidez de reflejos en las declaraciones (si, volvimos por la guita, so what?).
El ser una banda de "rock" y con cierto "compromiso" los hace inmunes a las críticas que si les cabe a cualquier banda "pop" que haga lo mismo, esto es, cero ironía pero si se informa sobre el bochorno de la venta de tickets, tanto en Cba. como en B.A.,etc.
Me alegro que vuelvan, ojalá sigan, pero en gral. su vuelta estuvo, desde la prensa y fans, medido con el doble rasero conque se mira el mal llamado acá en Argentina "rock" y "pop".
Está de mas decir que creo no es tu caso, Facu.
Saludos
jeje, como me gustan los debates!!
a ver... pienso que estas cosas las encaramos desde un punto de vista que roza la cuestión de "criticar por criticar"...
es decir, la pregunta de fondo aca es: ¿podrían haber vuelto los cadillacs de una manera diferente de la que volvieron? creo que no.
¿Disco intrascendente simulando riesgo artístico? mmmm... simplemente, hoy por hoy, es imposible que hagan un disco como el leon o rey azucar.
El libro será un curro del manager, no creo que haya aportado o influido en lo más mínimo en toda esta vuelta cadillac...
Las entrevistas y declaraciones no se hasta que punto estaran "armadas"... no me imagino a vicentico leyendo el libreto de que cosas contestar, tampoco caigamos en que es una maquinaria de simulacion que lo unico que le interesa es la guita...
shows, entradas, etc: ¿que esperabamos? ¿que hagan una gira por toda sudamerica de manera independiente, cobrando 2 mangos la entrada? si hasta el indio esta cobrando 80 mangos de entrada...
Y no es una postura de defensa de como volvieron, a mi tambien me hubiera encantado otro tipo de regreso, sin tanta parnafernalia dando vueltas... pero creo que en el contexto actual, desde el punto de vista de la banda, la mejor forma de regresar fue esta... y es cierto, creo que con el regreso de soda, todos le pegamos un poco de más por el solo hecho de ser soda...
saludos!
A ver, vamos por partes. En el post se habla de riesgo artístico en cuanto a las reversiones en vivo. Me parece saludable que hayan grabado canciones nuevas aunque están lejos, muy lejos, de sus himnos.
Por supuesto que la experiencia de S Stereo sirve como marco de referencia para analizar este regreso. No creo que sean casuales sus declaraciones en la que anticipan que vuelven por guita pero tamb, y fundamentalmente, por ego. Sucede que Cerati y Bosio eran muy reacios a blanquear la cuestión monentaria como uno de los elementos importantes para su retorno. La diferencia fundamental entre ambos casos radica, al menos para mi, que LFC nunca tuvo una separación formal, algunos de ellos son amigos de toda la vida (incluso antes de formar el grupo) y se siguieron juntando arriba de un escenario y en la intimidad. Su ingreso en stand by tuvo que ver con cuestiones de roces que jodieron bastante las cosas entre ellos pero que fueron limando bastante antes del Satanico Poo Tour.
Como dije antes, el libro editado seguramente estaba preparado de antemano por un tipo que trabajó mucho tiempo con la banda y esperó el mejor momento para sacarlo. Dudo que los miembros del grupo estén involucrados en ese aspecto comercial.
También lo expresé antes: particularmente no añoraba un retorno fabuloso pero compré 2 entradas con anticipación porque pensé que si no iba me iba a terminar arrepintiendo. Y creo que estuve en lo correcto. Sobre la venta de tickets, es un dato que no me sorprende tanto. En México son terriblemente populares y llenan estadios pero acá no fueron una banda de esas características. El mainstream puso toda su maquinaria al servicio de la promoción y la lógica consecuencia era tocar en canchas de fútbol. De Bs As desconozco las cifras y de Cba también pero acá regalaron una cantidad enorme en concurso de radio, Personal le dio bocha a sus empleados y mucha gente terminó yendo gratis. Eso no quita ni desmerece el gran show que dieron en el Chateau.
Finalmente, lo de pop y rock es una división tan extendida como innecesaria. A mi me cae muuuuuuuuuy pesado Cerati pero sería ingenuo desmerecer sus atributos y la influencia de Soda Stereo en todo el rock latinoamericano. Debo ser uno de los pocos que siempre evitó cantar aquello de Luca no se murió porque en el fondo siempre me pareció muy hipócrita: la enorme mayoría de pibes de mi edad escuchó, con mayor o menor atención, Soda Stereo. Y pasa y sigue pasando con Miranda, un grupo al que muchos se empecinan en cuestionar bajo el argumento de "eso no es rock" sin tener en cuenta que se trata de un gran chiste, un himno al cliché y que debiera ser divertido como lo que es: una sucesión de lugares comunes llevados a su máxima expresión.
Da para debatir mucho más.
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