LAS APUESTAS DE AGOSTO

"Protagonizada por perdedores gloriosos y solitarios, que entienden el mundo a partir de códigos y éticas estrictamente personales, los cuentos de este libro ofrecen insólitas visiones de la intrincada trama de causas y efectos que solemos llamar vida". Las líneas anteriores corresponden a la contratapa de La casa pierde, una emblemática obra de Juan Villoro que obtuvo el premio Xavier Villaurrutia (prestigiosa distinción mexicana) en el año 2000. Once años después, la editorial Alfaguara acaba de reeditarlo en Argentina a $89. Acompañan el fragmento inicial elogios de Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas e Ignacio Echevarría.
Quién lea con regularidad los artículos que este blog dedica a cuestiones literarias y afines encontrará en el escritor, cronista y traductor mexicano un nombre repetido. En este caso, se trata de diez relatos con la derrota más o menos cotidiana como elemento aglutinador de las historias contadas por un especialista en la materia. Villoro estuvo esta semana en el país y su visita fue cubierta por Página 12 y la revista Ñ.

La otra apuesta del mes se escapa de las coordenadas habituales de esta sección para adentrarse en una investigación etnográfica con acercamientos a la observación participante. José Garriga Zucal es un antropólogo que lleva largo tiempo estudiando las hinchadas de fútbol y sus comportamientos. Como fruto de esa labor, publicó años atrás Haciendo amigos a las piñas. Allí recogía experiencias de primera mano tras convivir algunos años con miembros de la barra brava de Huracán. Antes lo había hecho con la de Colegiales en un trabajo que fue incluido en Crónicas del aguante de Pablo Alabarces. Ahora acaba de editar Nosotros nos peleamos, texto en el que profundiza el rasgo identitario de la violencia entre los hinchas locales.
Según la ficha del libro, "las prácticas violentas, concebidas frecuentemente como irracionales, son sumamente significativas para estos hinchas (o "barras bravas"). La lógica de lo que parece ilógico está en construir sólidas señales de pertenencia, edificar fronteras grupales, construir un 'nosotros'. La violencia física, exhibida en estas páginas en forma de peleas, pedradas, disparos, es la práctica legitimada grupalmente para construir dicha frontera. Para los miembros de las hinchadas las acciones violentas están asociadas a la masculinidad, al territorio y a ciertas concepciones corporales. El estudio de estas asociaciones permite comprender las raíces culturales del fenómeno. Desentrañar esas raíces es inmiscuirse en el vínculo tan mentado entre violencia y pobreza, abordando el tema desde una óptica diferente que desnuda la complejidad del mismo".
Es un trabajo académico cuya lectura requiere de cierto conocimiento previo de algunas teorías sociales que se vinculan con la antropología. No obstante, vale la pena apostar por voces que se alejan del relato más común en estas cuestiones: el que habla de los "inadaptados de siempre", "energúmenos", "marginales" y demás denominaciones que pretenden seguir de manera pseudo-mágica la solución inglesa para combatir la violencia. Basta googlear el nombre del autor para confirmarlo.