HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARÓ

Los días pasaron y no encontré demasiadas referencias al quinto aniversario de la muerte de Ricky Espinosa, cantante, líder y alma mater de Flema. Se fue, fiel a su estilo, de una manera entre dantesca y ridícula: tirándose de un quinto piso luego de brindar con sus compañeros por la salida de un nuevo disco de su grupo. Uno de los grandes personajes del rock argentino. Nihilista, autodestructivo y adicto. Amante acérrimo de los extremos. Simpático, carismático y dotado con un particular talento para componer decenas de himnos punkies argentinos.
Flema, su banda de toda la vida, nunca fue masiva ni popular. Si alguna vez tuvo posibilidades de crecer (en exposición, en popularidad, en convocatoria), sus integrantes con Ricky a la cabeza se encargaron de despreciar esas chances. Es posible que en ese tipo de actitudes radique parte de su encanto: saber que podrían haber transitado por una realidad muy distinta pero ellos mismos (o Ricky) se autoboicotearon.
Tuve la suerte de verlos una vez en vivo. En un galponcito que pertenecía al club Obrero en una de sus escasas visitas a Córdoba. Ni siquiera los había visto en fotos, por tanto no conocía ninguna cara. Me sorprendió un petiso con el pelo teñido de violeta y la cara más parecida a Whoopi Goldberg que vi en mi vida. Iba de la mano de una gata de ensueños (al menos imposible e inalcanzable para mis 15 años de edad). Por supuesto que después me enteré que se trataba de Ricky. El recital cumplió con todos los supuestos punks: sonido horrible, mucha actitud, temas de tres acordes y demasiado público arriba del escenario. Un verdader caos que tenía cierto encanto.
Hace años, algunos meses antes de ese final (no tan) inesperado, en una entrevista publicada en el suplemento NO, confesaba sus debilidades, sus hartazgos y sus seis intentos frustrados de suicidio. Ningún héroe, ningún villano.Sólo un punkie que además se confesaba metalero (???). En ese reportaje de 2001 se permitía afirmar "no tengo un proyecto por eso no puedo fracasar. Si no te prometo nada, no te puedo defraudar: Yo no tengo ningún compromiso, ni siquiera conmigo mismo". Justamente, una de las mayores particularidades de Flema era que frontman no la tomaba en serio. Más allá del chiste de su remera con la leyenda "Flema es una mierda", había cierto grado de verdad allí. La clave, me parece, es poder tomar distancia y disfrutarlo sin creer todo lo que se ve y se escucha.
Está claro que el pibe de Gerli estaba en el reviente pero sus canciones al respecto contaban con una honestidad brutal, pocas veces vista. Su sinceridad, su tendencia autodestructiva, su modo de vida marginal y bardero lo convertían en un verdadero personaje aunque él desconfiara de esa caracterización: "me preguntaron si me costaba mucho actuar de Ricky.¡Cómo me va costar si yo soy así desde que me levanto! No me siento esclavo de un personaje. Siempre fui así...".
No es casual la cantida de himnos que se pueden encontrar en la obra de Ricky. Abunda el descontrol pero retratado con franqueza aunque su propia imagen naufrague y sea patética. Para ejemplo sirve el clásico Si yo soy así, quizás el mejor resumen de su visión sobre sí mismo.Sus relatos sirven para captar como pocos la soledad extrema (Más feliz que la mierda), el encuentro ocasional (Y aún yo te recuerdo), las fantasías sexuales (Grande Angie), las adicciones (No te dejaré, Siempre estoy dado vuelta), el repudio a la policía (Nunca seré policía) y sus avisos de partida anticipada (En la nada, Mejor quemarse, Me recordarás?). Pero además podía escupir sus verdades de temáticas no tan personales como la rebelión ante los mandatos familiares (Lejos de casa), el dolor de crecer (Metamorfosis adolescente), el asco por la sociedad hipócrita (Degeneración).
La lista no es interminable porque decidió irse en un acto de coherencia extrema. Su obra quedó trunca e inconclusa. Y, por momentos, se lo extraña.

Actualización: En stay free apareció una reseña muy interesante sobre Ricky. Vale la pena darse una vuelta porque está bastante más completa y con mayor contacto directo con el pibe de Gerli.