INDUSTRIA NACIONAL

Superados algunos inconvenientes por la venta de todos los ejemplares del libro en mi lugar de trabajo, la editorial Planeta volvió a enviar La Argentina Crónica. Historias reales de un país al límite con selección a cargo de Maximiliano Tomas y prólogo de Martín Caparrós. Para evitarme inconvenientes lo compré y pude leerlo con tranquilidad hace ya unas cuantas semanas.
Es una recopilación de textos en formato de crónica aparecida en distintos medios gráficos argentinos y latinoamericanos que retratan temáticas bastante diversas: los reidores de televisión, una agrupación de skinheads antifascistas, Pepita la pistolera, las hermanas satánicas, los extranjeros latifundistas de la Patagonia aparecen como personajes retratados. También hay lugar para la narración experiencias como la peregrinación sanjuanina a la Difunta Correa, la competencia por la Fiesta de la Empanada en Famaillá (provincia de Tucumán), la vivencia cotidina en el polo industrial de Dock Sud, entre otros temas dignos de interés. Además, cada uno de los autores incluidos responde algunas cuestiones referidas a su visión de la crónica, la finalidad que tiene y los límites éticos para llevar a cabo su tarea.
La recopilación funciona como una buena muestra de cronistas argentinos retratando temas urgentes (y no tanto), saliendo del registro neutro y supuestamente objetivo del periodismo pulcro, una entelequia inexistente. En ese marco, La Argentina crónica es uno de los libros pioneros del supuesto repunte del género luego de mucho tiempo en el que apenas sobrevivía en apenas un puñado de diarios y revistas. Si bien la situación no se ha modificado de manera radical, la edición de algunas obras posteriores (ya comenté aquí Golden Boys, por ejemplo) permite tener mejores expectativas para el futuro cercano. Publicado bajo el sello editorial de Planeta, se consigue por 39 pesos. Sí, la tapa es bastante fea pero los textos, aunque no son de lectura obligatoria, merecen una oportunidad.

Bonus track: hace unos cuantos meses, ADN, el suplemento de cultura de La Nación, publicó el imperdible prólogo de Caparrós junto a un breve texto explicativo del compilador Maximilianto Tomas.