domingo, 14 de diciembre de 2008

CÓMO VINO LA MANO


Allá por 1998 yo estaba en el final del secundario. Había dejado atrás de manera casi definitiva mi consumo de música metalera y escuchaba un abanico de estilos más amplio aunque prestaba especial atención a un par de compañeros que ya no escuchaban Ramones exclusivamente y mencionaban grupos como Madness y The Specials. El ska era todo lo novedoso que podría ser para un pibe que todavía no contaba con reproductor de cd y apelaba a los viejos casettes vírgenes para copiar todo lo que encontraba a mano.
En agosto de ese año adquirí una revista Madhouse (que todavía conservo, número 91 según consta en su tapa). iniciando una larga segudilla de ejemplares comprados vaya uno a saber con qué dinero. Aquel número del mes de agosto incluía un informe ska firmado por Mariano Miramontes que me sirvió como marco de referencia para entender mínimamente cómo venía la mano en cuanto a los ritmos jamaiquinos. A modo de pequeña biblia iniciática, mucho antes de la llegada de internet y banda ancha domiciliaria, la nota fue mi guía en la que no olvidé nombres, bandas, sellos y etapas del género.
Diez años más tarde, acabo de devorar el libro La manera correcta de gritar. Ska, 2 tone y rude boy en la Argentina, escrito por Daniel Flores (músico de Satélite Kingston y periodista del diario La Nación) en el que vuelvo a encontrar algunos nombres de ese informe casi fundacional para mi. En este blog ya nos hicimos eco de su aparición y habíamos rescatado una frase del autor en una nota publicada en el suplemento Radar de Página 12.
Dividida en 9 capítulos temáticos, la obra aborda el largo y sinuoso camino del ska en la Argentina desde el primer rude boy solitario Ronnie Montalbán, a fines de la década del 60, hasta la actualidad aunque con la salvedad de no incluir los últimos años por tratarse de un presente en construcción según las palabras del autor. Articulado como un largo relato coral, se cruzan anécdotas, experiencias, opiniones y recuerdos de unos 50 entrevistados para la ocasión que estuvieron ligados a las disitintas etapas del ska en nuestro país.
Casi no hay textos propios de quien firma el libro. El trabajo de Daniel Flores consiste en ordenar, editar y contraponer las versiones y visiones de los involucrados; sus pensamientos de aquellos años y sus miradas del fenómeno desde el presente. En ese sentido, la tarea del autor es tan atinada como necesaria y efectiva. Poco a poco el lector puede ir reconstruyendo los aires de época que dominaron durante la primera explosión del género, la creciente popularidad de los Fabulosos Cadillacs, la moda que se impone a fines de los 80, su desaparición casi total en la década pasada y el renacer de la escena a partir del cambio de siglo.
De los testimonios recogidos para La manera correcta de gritar se desprenden unas cuantas coincidencias y varias discrepancias. Músicos actuales, ex integrantes de bandas más o menos importantes de aquellas etapas (Los Intocables, Los Chiflados, Romana Patrulla, Skabú Simbel, Los Oxidados, Espías Secretos), público y hasta bailarines más o menos oficiales desfilan por las páginas del libro hablando de los recitales, las vestimentas, usos y costumbres que caracterizaron la escena por aquellos años.
Algunos grupos terminaron implosionando de manera interna, otros fueron arrastrados por la inercia de la caída cuando una moda desaparece y unos pocos sobrevivieron hasta hoy. Por supuesto, hay pases de factura, algo de pose y cierta lavada de manos (la era de skinheads en recitales no está del todo clara y nadie se hace demasiado cargo de su responsablidad en la adquisición de tan bonito público). Pero también abundan testimonios donde la amistad, la fraternidad y la camaradería dominan el ambiente. Relatos épicos, divertidos y curiosos se encadenan para explicar amistades nacidas por afinidades estéticas y musicales que perduran hasta hoy.
Los dos últimos capítulos no tienen desperdicio. En this fashion is my only culture (fragmento de una letra de The Specials) los testimonios hacen foco sobre los consumos propios del seguidor ska de antaño: vestimenta, indumentaria, vinilos y cuevas donde conseguir los elementos de pertenencia a la cultura rude boy argentina. Por su parte, ¿Dónde están ahora? es un necesario panorama de la actualidad de los entrevistados: su ocupación actual y su vinculación con la escena ska argentina en los albores del 2009. Vale la pena dedicar algunas palabras al cuidadoso diseño del libro. Con estética en rigurosos blanco y negro (y abundantes cuadriculados), las fotos de archivo, flyers y reproducción de portadas de algunos LP's, le otorgan a la obra de Flores un acercamiento al libro objeto que es consecuente con las ideas estéticas del ska pese a algunos errores tipográficos que debieran corregirse en próximas ediciones.

Bonus track: el autor aclara que esta historia se sigue escribiendo en Satélite in blog, el espacio donde justamente se gestó La manera correcta de gritar.

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