sábado, 31 de enero de 2009

LOS CHICOS CRECEN


Poco más de dos días me consumió la lectura de Un gran chico, novela de Nick Hornby que recientemente lanzó Anagrama en su colección Panorama de narrativas, cuya edición española la vuelve poco accesible al bolsillo argentino promedio.
Will es un tipo soltero de 36 años que jamás trabajó en su vida porque su padre compuso un villancico que se publica en todas las antologías navideñas y los derechos de autor le permiten vivir sin preocupaciones. Marcus es un niño de 12 que acaba de mudarse a Londres con su madre y parece condenado a una existencia miserable en la escuela donde los matones lo molestan desde el primer día. Justo en un espacio donde los diferentes están mal vistos, el niño conserva rasgos que sólo lo diferencian del resto. Hijo de una mujer hippie, vegetariana, con tendencias suicidadas y un padre ausente; Marcus tiene destino de freak.
Aparentemente nada podría juntar a nuestros dos personajes. Sin embargo, Will se enreda algunas semanas con una mujer separada y allí descubre un nicho: alcanza con ser menos patán que el hombre que la abandonó para convertirse en mejor persona, mejor amante, mejor candidato. Entonces, se creará un hijo imaginario y asistirá a reuniones de padres separados en busca de ligues potenciales. A partir de allí, casi sin quererlo el inmaduro treintañero será arrastrado por situaciones que lo exceden, propias de un mundo real que de manera conciente había evitado con éxito durante toda su vida. Los mundos paralelos de Will y Marcus se interceptan al punto de modificar la vida de ambos.
Hornby utiliza nuevamente su receta de manera magistral. Detrás de hechos descabellados que se encadenan de manera casual, detrás de personajes divertidos y amigables, por debajo de una prosa excepcional y entretenida, subyacen temáticas profundas: la paternidad, la incomprensión, la amistad, la soledad.
Cuando escribe sobre sus pasiones futbolísticas, cuando lo hace sobre gustos musicales, o cuando narra amistades extrañas, el autor británico tiene el talento suficiente para emocionar haciendo gala de un humor ácido sin perder profundidad en la caracterización de personajes ni en la complejidad de la trama. No sé ustedes, yo voy por el resto de su obra con confianza ciega.

4 comentarios:

Michis en Munchen dijo...

Yo solo vi la peli y a pesar de Hugt Grant me gusto mucho,, sobre todo la parte donde cometen suicidio social cantando la cancion Killing me softly:
http://de.youtube.com/watch?resnum=7&oi=video_result_group&eurl=http%3A%2F%2Fvideo.google.com%2Fvideosearch%3Fq%3Dyoutube&ctiurl=http3A%2F2Fi3.ytimg.com%2Fvi%2FVsQ60rcEUjk%2Fhqdefault.jpg&um=1&hl=es&v=VsQ60rcEUjk&sa=X&gl=DE&ie=UTF-8
Ah y la musica de esta peli esta buena!

Facundo Miño dijo...

No puedo escuchar desde el cyber pero lo veré en lo de mis viejos. Sobre la película he recibido diferentes posturas. A algunos les gustó y a otros no. Lo raro es que antes del libro no tenía idea de la existencia de la peli. Y hoy verifiqué que la edición anterior en castellano anterior salió por Ediciones B con el nombre de Erase una vez un padre, bastante lejos del original About a boy.
Tendré en cuenta la banda de sonido también. Del viaje a Sta fe nada arreglado todavía...

Anónimo dijo...

por algo en especial no nombras a Alta Fidelidad?

Anónimo dijo...

no habia visto el link!