domingo, 22 de noviembre de 2009

CLASES DE PERIODISMO


Dos meses atrás, desde este espacio, se recomendaba con ojos cerrados la lectura de Frutos extraños de Leila Guerriero. Se trata de las crónicas reunidas que la periodista seleccionó de sus artículos producidos para diversos medios de Hispanoamérica durante el periodo 2001-2008.
En aquella oportunidad el post se titulaba El arte de escribir asombrosamente bien. Hoy, con la lectura concluida, la elección de aquel nombre me parece de lo más acertada.
Guerriero muestra en el libro diversas facetas de su especialidad: la escritura de textos memorables. Por su pluma se cuelan Romina Tejerina y el Gigante González, Yiya Murano y Alberto Samid, La Patagonia y el Equipo de Antropología forense. Además explora el mundillo de la venta directa, los mitos sobre los supermecadistas chinos y la desgarradora historia alrededor del caso Claudia Poblete.
Pero no sólo se ocupa de crónicas y perfiles. Hay un apartado que se llama Discusiones en el que la autora desmiente todos aquellos supuestos que sostienen los beneficios de una vida saludable o el inexorable rol materno de la mujer. Y lo hace con argumentos, evitando chicanas o planteos facilistas. La tercera parte de la obra es absolutamente imperdible y debiera ser lectura obligada para cualquier aspirante a periodista. Guerriero recorre la elaboración de algunos de sus artículos con explicaciones esclarecedoras, cuenta anécdotas que sirven para ejemplificar sus decisiones éticas y metodológicas a la hora de narrar sus historias y destierra ciertos preconceptos (otra vez) que suelen estar presentes en la actividad periodística.
Lo notable y asombroso en todo este asunto radica en la indiscutible capacidad que tiene la autora para llevar a cabo su oficio sin haber pasado jamás por una escuela de periodismo. Curtida y cultivada en el aprendizaje autodidacta, da sus razones para no querer asistir a una educación formal e institucionalizada. Y demuestra que se puede acceder a ciertos medios sin contactos ni cuñas que la ayuden a llegar. A su antológica declaración metodológica citada en el post anterior pude sumarse otra digna de ser subrayada: "En lo que verdaderamente cuenta, el mundo laboral se dividió para mí en 'notas que me interesan' y 'notas que no estoy dispuesta a hacer'. Por lo demás, hice lo que me enseñaron en la única clase de periodismo que recibí en mi vida: me defiendo como puedo y pateo hasta que se caen las puertas que no se abren".

1 comentario:

Michis en Munchen dijo...

El libro viajó conmigo y estaba tan bueno que no me di cuenta del calor, ni de la espera, ni de la incomodidad ni mucho menos de la distancia. Gracias Facu :D.