De regreso a casa de una larga jornada laboral, anoche recibo un mensaje de texto con el rumor de un show sorpresa de Manu Chao en Casa Babylon. El tipo se encontraba en el país, había estado en un recital de Los Piojos y todo era posible en el universo del ex líder de Mano Negra. Revisé algunas webs y mandé un par de mensajes para tratar de confirmar ese rumor. Sin comunicados oficiales, la info parecía tan verosímil que enfilé para el Abasto cerca de las diez de la noche.
Efectivamente tocaba Manu Chao sin ningún tipo de aviso en los medios. Pero las maravillas de la tecnología celular se encargaron de regar ese rumor mucho más allá de la capacidad de Casa Babylon. Luego de una hora de cola, el titular de Perro Producciones nos informó a los que hacíamos fila que no había más lugar. Sinceramente me sorprendió toda la gente que logró ingresar porque había media cuadra de cola cuando llegué y ya había entrado bastante público antes.
A juzgar por la enorme masa que quedó afuera, la organización subestimó el caudal de gente porque tranquilamente podría haber colmado Faruk o, si se animaba, algún recinto más grande. Para resaltar: las risas nerviosas de los más rezagados, la ilusión de aquellos que no llegaron a entrar pero no perdían las esperanzas y la verdadera tormenta de mensajes de texto que se enviaban y recibían mientras la fila avanzaba. El rumor tenía asidero pero nadie esperaba tanta gente.
Me lo perdí, muchos otros también. Una lástima. ¿Será la edad? ¿será el viernes laboral que nos esperaba? No lo sé pero con algunos amigos fuimos a tomar unas cervezas como para justificar el esfuerzo y la salida. Nadie lamentó no haber ingresado. Ni siquiera mencionamos el tema y no hubo una sola cara de embole.
Actualización: Se puede leer una breve reseña en la web de La Voz del Interior.
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